El café y las enfermedades cardiovasculares: ¿Beneficio o daño?
El café es una de las bebidas más consumidas en nuestro medio, y su ingesta se remonta a tiempos remotos. A pesar de ello, aún no se tiene muy claro si su consumo es beneficioso o perjudicial para la salud. Ahora, por primera vez, vamos disponiendo de datos serios.

Con la intención de recopilar los datos más recientes y realizar una buena composición del lugar en el que nos encontramos en relación con el consumo de café y sus efectos sobre la salud, la prestigiosa revista JACC publica primero online un interesantísimo artículo de revisión sobre la mencionada bebida. Se trata de un trabajo muy recomendable de cara a poder contestar, con la información más actualizada y veraz posible, a las preguntas que seguro nos van a hacer los enfermos (o no enfermos) sobre la conveniencia del consumo del mencionado estimulante. El café es la bebida más consumida en los Estados Unidos (EE.UU.), después del agua, y es la fuente principal de la ingesta de cafeína en adultos. Los efectos biológicos del café pueden ser sustanciales y no están limitados a las acciones de la cafeína. Es una bebida compleja que contiene cientos de compuestos biológicamente activos, y los efectos sobre la salud de la ingesta de café crónica son muy variados. Desde un punto de vista cardiovascular, el consumo de café puede reducir los riesgos de la diabetes mellitus tipo 2 (DM2) y la hipertensión (HTA), así como otras condiciones asociadas con el riesgo cardiovascular, tales como la obesidad y la depresión; pero podría afectar negativamente a los perfiles de lípidos dependiendo de cómo se prepare la bebida. En cualquier caso, un cuerpo creciente de datos sugiere que el consumo habitual de café es neutral-beneficioso en relación al riesgo en cuanto a una variedad de patologías cardiovasculares como la cardiopatía coronaria, la insuficiencia cardiaca congestiva, las arritmias, y los accidentes cerebrovasculares o ictus. Por otra parte, los grandes estudios epidemiológicos sugieren que los bebedores regulares de café presentan una reducción del riesgo de mortalidad, tanto cardiovascular como de todas las causas. Otros beneficios potenciales incluirían la protección contra enfermedades neurodegenerativas, mejorar el control del asma, y podrían suponer un menor riesgo de ciertas enfermedades gastrointestinales seleccionadas. Respecto a la dosis (nos lo van a preguntar sin duda), una ingesta diaria de alrededor de 2 a 3 tazas de café parece ser segura y se asocia con efectos beneficiosos (o al menos neutros) para la mayor parte de los problemas de salud estudiados. Sin embargo, hay que decir también que la mayoría de los datos sobre los efectos en la salud del café se basan en datos de estudios observacionales, con muy pocos estudios controlados aleatorios, y la asociación obtenida así no puede probar causalidad. Además, ante las posibles ventajas de un consumo regular de café tienen que sopesarse los posibles riesgos (que son en su mayoría relacionados con su alto contenido de cafeína), como ansiedad, insomnio, temblor y palpitaciones, así como la pérdida de masa ósea y, posiblemente, un mayor riesgo de fracturas. Que cada cual tome su decisión.
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