Este subanálisis se ha realizado utilizando los datos del Registro Español de Trasplante Cardiaco, que incluye una gran cantidad de variables relacionadas con los receptores, donantes, procedimiento quirúrgico y tratamiento inmunosupresor. Uno de los puntos fuertes de este registro es el número de pacientes incluido y el alto cumplimiento de la base por parte de todos los centros participantes. Para este trabajo se excluyeron los pacientes que recibieron trasplantes de varios órganos.
En total, se incluyeron 173 ReTC 7.592 trasplantes cardiacos lo que supone un 2.3%. Los pacientes retrasplantados eran más jóvenes que los no-retrasplantados (52,0 años; RIQ, 43,0-59,0 vs 55,0 años; RIQ 47,0-61,0) y tenían en más frecuencia comorbilidades como la insuficiencia renal (81 (46,8%) vs 1320 (17,8%)), hipertensión arterial (73 (42,2%) vs 2233 (30,1%)) o necesidad de ventilación mecánica (51 (29,5%) vs 854 (11,5%)), y soporte circulatorio con balón de contrapulsación intraaórtico (44 (25,4%) vs 911 (12,3%)). Las intervenciones quirúrgicas de los pacientes retrasplantados también caracterizaron por un tiempo de isquemia fría más largo (3,3 horas; RIQ, 2,6-4,0 vs 3,2 horas; RIQ, 2,3-3,9). La mediana de tiempo entre el primer y segundo trasplante fue de 4,9 años (RIQ, 0,04-11,5 años).
Como se puede observar, a lo largo del periodo del estudio las indicaciones para el retrasplante fueron cambiando. Si inicialmente el rechazo agudo (16 (9,2%)) y el fallo primario del injerto (41 (23,7%)) predominaban, la enfermedad vascular del injerto fue aumentando en frecuencia hasta convertirse en la indicación principal (73 casos (42,2%)).
Tal y como se ha publicado en la literatura, en nuestra serie se observa también una mayor mortalidad en los pacientes retrasplantados comparados con los no-retrasplantados (71,1% vs 58,0% respectivamente (p < 001)). Según las indicaciones para el retrasplante, el rechazo agudo fue el que se relacionó con mayor mortalidad (HR 2,49; IC del 95%, 1,45-4,27; p<0,01). El peor pronóstico observado en los pacientes con rechazo agudo puede explicar en parte el cambio en la tendencia de las indicaciones observada en nuestro estudio. Además, se valoró la relación que podía tener el tiempo entre el primer y el segundo trasplante con la supervivencia, observando que los retrasplantes realizados entre 1-5 años tras el primer trasplante eran los que se asociaron con una mayor mortalidad (HR, 2,07; 95% IC, 1,39-3,07 (p <0,001)). En cambio, los retrasplantes realizados más allá de 5 años tenían una supervivencia similar a los pacientes no-retrasplantados (HR, 2,07; 95% IC, 1,39-3,07), p <0,001).
En conclusión, este primer subanálisis del registro nacional de trasplantes ha mostrado que el retrasplante cardiaco en general tiene una peor supervivencia, siendo el rechazo agudo y el intervalo entre trasplantes de 1-5 años las situaciones que se relacionan con un mayor riesgo.
Referencias:
- Rev Esp Cardiol. Resultados del retrasplante cardiaco: subanálisis del Registro Español de Trasplante Cardiaco.
Comentario de la Dra. Nahikari Salterain González
Adjunta del Dpto de Cardiología de la CUN. Fellow en Insuficiencia cardiaca avanzada, Transplante y soporte circulatorio mecánico en Harefield Hospital de Inglaterra 2016-2017. Especialista en Cardiología por la Clínica Universidad de Navarra, completando su formación en el Hospital Universitari de Bellvitge en Barcelona y Harefield Hospital de Inglaterra. Ex miembro del Comité de Residentes de la SEC. Licenciada en Medicina por la Universidad de Navarra.