El consumo de frutas reduce el riesgo de aneurisma de aorta abdominal
Estudio poblacional en el que se estudió la asociación entre hábitos dietéticos y el diagnóstico clínico de aneurisma de aorta abdominal. Los autores concluyen que el consumo de frutas, pero no de verduras, se asocia con un menor riesgo de aneurisma de aorta abdominal.
El aneurisma de aorta abdominal es una entidad muy frecuente en la población mayor de 65 años, estimándose su prevalencia entre el 1,7% y el 4,5% de los varones y entre el 0,5% y el 1,3% de las mujeres. Los factores de riesgo identificados son la edad avanzada, el sexo masculino y el tabaquismo, siendo el cese del hábito tabáquico la intervención más efectiva para disminuir el riesgo. Pese a ser una patología muy extendida, se echan en falta más encaminados a identificar potenciales factores de riesgo modificables. Para intentar, en parte, solventar esta carencia, surge el presente estudio de cohortes poblacional, recientemente publicado en Circulation. Dado que se cree que la inflamación y el estrés oxidativo podrían desempeñar un papel importante en la fisiopatología del aneurisma de aorta abdominal, este estudio se diseñó con la hipótesis de que un elevado consumo de alimentos ricos en antioxidantes (frutas y verduras), podría reducir el riesgo de desarrollar esta patología. Se estudiaron a las mujeres incluidas en la “Swedish Mammography Cohort” y a los hombres incluidos en la “Cohort of Swedish Men”. Tras excluir a aquellos sujetos con historia de cáncer o aneurisma de aorta abdominal y aquellos con datos erróneos o que no habían respondido a la encuesta sobre consumo de frutas y verduras, un total de 44.317 hombres y 36.109 mujeres con edades entre 46 y 84 años constituyeron la cohorte a estudio. La incidencia de aneurisma de aorta abdominal se determinó mediante el registro sueco de altas hospitalarias y defunciones, atendiéndose a los registros de alta hospitalaria o muerte por aneurisma de aorta abdominal roto o no roto. El cuestionario sobre la ingesta dietética se realizó en 1997, constaba de 94 ítems y permitió clasificar el consumo de frutas y verduras de forma independiente, en 8 categorías para cada grupo alimenticio que iban desde “nunca” a “consumo ≥3 veces al día”. Durante los 13 años de seguimiento (1998-2010) se registraron un toral de 1.086 casos de aneurisma de aorta abdominal (edad media 73,9 años; 82,8% varones) de los cuales 222 presentaron ruptura del mismo (edad media 76,2 años; 81,5% varones). Tras dividir el consumo de frutas en cuartiles y ajustar por potenciales factores de confusión, las personas con un mayor consumo de frutas (>2 raciones/día) presentaron un 31% menos de riesgo de aneurisma de aorta abdominal no roto (11%-47%, 95% IC; p<0,001) y un 39% menos de riesgo de rotura de aneurisma abdominal (1%-63%, 95% CI, p<0,001) que aquellas que no consumían fruta. No se observó disminución significativa del riesgo asociada a un mayor consumo de verduras. Esta última falta de una asociación inversa entre el consumo de verduras y el desarrollo de aneurisma resultó un hecho inesperado, ya que tanto las frutas como las verduras son ricas en antioxidantes. Según los autores, una posible explicación puede residir en que frutas y verduras contienen diferentes tipos de antioxidantes. Así, a diferencia de las verduras, las frutas son ricas en flavonas como las procianidinas, sustancias que han demostrado inhibir la génesis de radicales activos de oxígeno generados por la enzima NADPH oxigenasa. En apoyo a esta teoría cabe reseñar que modelos animales han demostrado que esta enzima podría jugar un papel en la génesis del aneurisma de aorta abdominal. Las principales limitaciones de este estudio se derivan de su diseño de encuesta poblacional: no es posible comprobar la veracidad de los datos de los cuestionarios y no disponemos de datos sobre el consumo de frutas y verduras a lo largo del seguimiento. Por otra parte, tampoco existen datos sobre los muchos pacientes que podrían presentar aneurisma de aorta abdominal de forma asintomática. Pese a ello, hemos de remarcar que este estudio prueba, una vez más, la importancia de promover una dieta saludable como uno de los pilares fundamentales en la prevención de la enfermedad cardiovascular.
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