Autores: Miriam García Cocera, Mónica Gil Gutiérrez de Mesa, Ravi Vazirani Ballesteros
Antecedentes personales
Mujer de 85 años con historia de hipertensión arterial, portadora de marcapasos bicameral en modo DDD por disfunción sinusal sintomática desde 2017 y posterior diagnóstico de fibrilación auricular (FA) paroxística detectada a raíz de episodios de frecuencia rápida auricular (AHRE), sin otros antecedentes médicos de interés. Se encontraba en tratamiento habitual con Bisoprolol 1,25 mg cada 24h , Irbesartán 75 mg cada 24h y Apixaban 2,5 mg cada 12h.
Enfermedad actual
La paciente, previamente asintomática, avisa a los servicios de Emergencias Extrahospitalarias por síncope de características cardiogénicas, precedido de palpitaciones. En el electrocardiograma en la ambulancia, se objetiva una taquicardia regular de QRS estrecho a 200 lpm que, según describen, cede tras 50 mg de metoprolol por vía oral. A su llegada al servicio de Urgencias, presenta recurrencia de la taquicardia, de características similares y que nuevamente cede con metoprolol oral, por lo que solicitan valoración por Cardiología.
A nuestra valoración, la paciente se encuentra estable, asintomática y a una frecuencia cardiaca en torno a 95 lpm, con electrocardiograma que podría ser compatible con flúter auricular de conducción 2:1 o ritmo auricular bajo. Por ello, se interroga marcapasos donde se objetivan episodios de taquicardia con actividad aurículo-ventricular en relación 1:1 (fig. 3). Tras administración de betabloqueante, persiste actividad auricular regular a 195 lpm con conducción ventricular 2:1 por bloqueo auriculoventricular (AV), lo cual, comparando el canal de marcas con el electrocardiograma de superficie (figs. 4 y 5) es compatible con flúter auricular con longitud de ciclo auricular de 310 ms.
Ante este hallazgo, se contacta con la Unidad de Arritmias que llevan a cabo estudio electrofisiológico, confirmando flúter auricular común con longitud de ciclo de 310 ms. Posteriormente se efectúa ablación del istmo cavotricuspídeo, que resulta exitosa con bloqueo bidireccional del mismo, quedando la paciente al alta en ritmo sinusal.
Como incidencias presentó fracaso renal agudo, que se resolvió tras sueroterapia, y elevación de marcadores de daño miocárdico (pico de troponina I de 219 ng/l) que se interpreta como infarto agudo de miocardio sin elevación del ST de tipo 2, ambos con buena evolución, por lo que se da de alta con seguimiento ambulatorio sin cambios en su tratamiento previo.
JUICIO CLÍNICO