La terapia antitrombótica es la piedra angular del tratamiento farmacológico en pacientes con enfermedad arterial coronaria establecida. A pesar de las mejoras tecnológicas, el perfeccionamiento de las estrategias intervencionistas y los tratamientos farmacológicos más eficaces, los pacientes con enfermedad arterial coronaria siguen presentando un alto riesgo de recurrencias isquémicas a corto y largo plazo.
Aunque la intensificación del tratamiento antitrombótico reduce las complicaciones isquémicas en comparación con regímenes menos potentes, aumenta el riesgo de hemorragias graves, que tienen un impacto pronóstico similar o incluso peor que un infarto de miocardio recurrente. La creciente concienciación sobre la importancia pronóstica de las complicaciones hemorrágicas condujo a algunos cambios de paradigma en el tratamiento antitrombótico de los pacientes con enfermedad arterial coronaria. En la última década, las pruebas han seguido evolucionando y se han probado diferentes regímenes de tratamiento en diversas combinaciones y duraciones en pacientes con alto riesgo isquémico y/o hemorrágico. Sin embargo, el riesgo de acontecimientos adversos en pacientes con enfermedad arterial coronaria puede no ser uniforme a lo largo del tiempo, con el mayor riesgo de acontecimientos isquémicos en los primeros 1-3 meses tras el acontecimiento índice, seguido de una ligera prevalencia del riesgo hemorrágico a lo largo del tiempo.
Referencias:
