Eficacia y seguridad de los nuevos anticoagulantes orales en la fibrilación auricular: metaanálisis
Metaanálisis de los principales ensayos clínicos de los nuevos anticoagulantes orales para prevención de ictus en fibrilación auricular. En conjunto, estos nuevos fármacos presentan un beneficio neto global en comparación con los antagonistas de vitamina K.

La reciente aparición de los nuevos anticoagulantes orales ha supuesto un cambio en el tratamiento antitrombótico de la fibrilación auricular no valvular, proponiéndose como una alternativa a los antagonistas de la vitamina K. A pesar que han mostrado ser no inferiores a los anticoagulantes “clásicos” de manera individual, no está suficientemente probado que tengan una clara superioridad global. Para testar la hipótesis de superioridad, los autores diseñaron un metaanálisis de todos los estudios tanto de fase II como de fase III, y evaluaron tanto los eventos isquémicos (ictus o embolia sistémica), la mortalidad global, así como los eventos de sangrado mayor e intracraneal. En total, se incluyeron casi 55.000 pacientes de hasta 12 ensayos clínicos (3 de dabigatrán, 4 de rivaroxabán, 2 de apixabán y 3 de edoxabán). Los nuevos anticoagulantes orales se asociaron a una disminución de la mortalidad global (RR 0,89; IC 95%: 0,83-0,96), de la mortalidad cardiovascular (RR 0,89; IC 95%: 0,82-0,98) y del combinado ictus / embolia sistémica (RR 0,77; IC 95%: 0,70-0,86). Además, se observó una tendencia a la reducción de la tasa de sangrados mayores (RR 0,86; IC 95%: 0,72-1,02), con una reducción significativa del sangrado intracraneal (RR 0,46; IC 95%: 0,39-0,56). Es importante destacar también que no se objetivaron diferencias significativas en cuanto al número de infartos de miocardio en cada grupo. Los autores concluyen que, a la vista de los resultados obtenidos, los nuevos anticoagulantes orales globalmente presentan un beneficio clínico neto positivo con respecto a los clásicos antagonistas de la vitamina K. Como comentario, hay que señalar que los criterios de inclusión de los pacientes fueron ligeramente diferentes. Si a esto se suma que no se ha podido comparar con exactitud en el grupo control el tiempo exacto en rango de anticoagulación (se sabe de antemano que la magnitud del efecto depende en parte de este hecho), es de entender que estos hallazgos del metaanálisis hayan de ser confirmados en estudios post-comercialización, con pacientes de la “vida real”.
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