Nuevo dispositivo percutáneo para el tratamiento de la Angina refractaria: ¿Reducimos el seno coronario?
Algunos enfermos, por sus características, ven reducidas sus posibilidades de revascularización por los procedimientos convencionales y, a pesar de un tratamiento médico óptimo, continúan con angina. Ahora, New England Journal of Medicine publica un estudio que analiza la eficacia de un enfoque radicalmente nuevo: el estrechamiento del seno coronario.
La técnica, efectuada de manera percutánea, implica la implantación de un nuevo dispositivo tubular (Corsiro) hecho de acero inoxidable con forma de reloj de arena.
La idea del mencionado dispositivo, que se coloca en el seno coronario, es crear un área focal de estrechamiento, incrementando la presión sanguínea a ese nivel de forma que se redistribuya la sangre -teóricamente- mejorando la perfusión del miocardio isquémico.
El estudio, con diseño de ensayo clínico, aleatorizó 104 pacientes con angina refractaria clase CCS II a IV y datos de isquemia miocárdica, no candidatos a más intervenciones revascularizadoras, a recibir el dispositivo o un procedimiento simulado sin implantación (sham o grupo control). La variable resultado final (primaria) fue la proporción de enfermos que mejoró, al menos, 2 grados CCS en su angina a los 6 meses.
Así, un 35 % (18/52) de los pacientes que recibieron el dispositivo respecto a sólo un 15% en el grupo control (8/52) alcanzaron el evento primario (p=0,02). El dispositivo además, se asoció también a una reducción en la angina de un grado en el 71% de los enfermos, comparado con un 42% en el grupo control.
La calidad de vida, valorada con el cuestionario de angina de Seattle, mejoró significativamente más en el grupo de intervención (17,6 vs. 7,6 puntos; p=0,03). Sin embargo, no hubo diferencias claras en cuanto a la capacidad de ejercicio o en la extensión de anomalías segmentarias ventriculares valoradas con ecocardiografía de estrés con dobutamina. A los 6 meses, un paciente del grupo del dispositivo tuvo un infarto, mientras que en el grupo control lo tuvieron 3, falleciendo uno de ellos.
En resumen, en este pequeño ensayo clínico, la implantación de un dispositivo reductor del seno coronario se asoció a una mejoría sintomática significativa, así como de calidad de vida en pacientes con ángor refractario a pesar de un tratamiento médico óptimo no candidatos a revascularización.
Novedoso estudio, que abre un campo absolutamente nuevo de posibilidades. La originalidad de la idea, a pesar de sus limitaciones, justifica su publicación en una revista de tan alto impacto como New England Journal of Medicine, incluso con un editorial anexo. Estaremos atentos a su desarrollo futuro, resultados en grupos más amplios y con diverso perfil, ya que sus resultados parecen prometedores en esta pequeña cohorte concreta.
Enlaces:
Comentario del Dr. Iván Núñez Gil
Iván J. Núñez Gil, licenciado en Medicina por la UCM de Madrid (Premio Extraordinario). Actualmente trabaja como cardiólogo intervencionista con interés en cuidados agudos cardiovasculares en el Hospital Clínico San Carlos de Madrid. Miembro de varias sociedades científicas nacionales e internacionales (FESC). Acreditación europea ACC. Doctorado con calificación de Premio Extraordinario. Autor de múltiples artículos y capítulos de libros. Revisor y miembro del comité editorial de múltiples revistas nacionales e internacionales. Tutor de residentes y secretario del Comité de Tutores de la Sociedad Española de Cardiología. Twitter: @ibnsky »