El pasado mes de marzo se celebró en Madrid la tercera reunión conjunta de la sección de arritmias y estimulación cardiaca de la SEC. Una de las mesas se dedicó al uso de los fármacos antiarrítmicos en diferentes escenarios clínicos, como la quinidina en el síndrome de Brugada o el potencial efecto antiarrítmico de Ranolazina.
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