Optimización del tratamiento médico en pacientes con diabetes y enfermedad renal crónica

La diabetes es la principal causa de enfermedad renal crónica e insuficiencia renal en todo el mundo. La enfermedad renal crónica suele coexistir con la insuficiencia cardiaca y la enfermedad cardiovascular aterosclerótica en el contexto más amplio del síndrome cardio-renal-metabólico.

La diabetes y la enfermedad renal crónica se asocian a un mayor riesgo de muerte cardiovascular y por cualquier causa, así como a una menor calidad de vida. Desde hace tiempo se reconoce que las anomalías metabólicas y hemodinámicas contribuyen de forma importante a la patogénesis y la progresión de la enfermedad renal crónica en la diabetes, mientras que cada vez hay más pruebas de que la activación de la inflamación sistémica y local contribuye de forma importante.

Las directrices actuales recomiendan terapias dirigidas a los patomecanismos de la enfermedad renal crónica, además del tratamiento de los factores de riesgo tradicionales, como la hiperglucemia y la hipertensión. Los iSGLT2 se recomiendan para el tratamiento de pacientes con enfermedad renal crónica y diabetes tipo 2 si el FGe es >20 ml/min/173m² en un contexto de inhibición del sistema renina-angiotensina. Para los pacientes con diabetes tipo 2, enfermedad renal crónica y enfermedad cardiovascular aterosclerótica, se recomienda un agonista del receptor del péptido-1 similar al glucagón como tratamiento adicional basado en el riesgo. También se recomienda un antagonista no esteroideo de los receptores de mineralocorticoides como tratamiento adicional basado en el riesgo para la albuminuria persistente en pacientes con diabetes tipo 2 ya tratados con inhibidores del sistema renina-angiotensina.

La puesta en práctica de las terapias médicas recomendadas por las directrices supone un reto debido a la rápida acumulación de conocimientos, el elevado coste de los medicamentos y la falta de infraestructuras para una prestación óptima de la asistencia sanitaria. Además, los estudios sobre nuevas terapias se han centrado en la diabetes tipo 2 y la enfermedad renal crónica. En la actualidad se están planificando ensayos clínicos para determinar el papel de estas terapias en personas con diabetes tipo 1 y enfermedad renal crónica.