Nuevos desfibriladores implantables subcutáneos
Los desfibriladores automáticos implantables (DAI) son dispositivos ampliamente utilizados que han demostrado una amplia mejora en supervivencia en algunas patologías mediante la detección y terminación rápida de arritmias potencialmente mortales. El presente estudio analiza la seguridad y la eficacia de los nuevos desfibriladores de implantación enteramente subcutánea (DAI-S).
Los DAI han demostrado aumentar la supervivencia en diferentes patologías en base a la prevención de fallecimientos por arritmias potencialmente mortales. Tradicionalmente, dichos dispositivos cuentan con uno o varios cables que se implantan por vía venosa (punción subclavia o disección de la vena cefálica, generalmente) y un generador que se coloca en una bolsa subpectoral o, más recientemente, subcutánea. Esta técnica de implantación, la más habitual hoy en día, tiene sus desventajas, principalmente derivadas del acceso vascular y las infecciones, pero con otras relacionadas con la anatomía del sujeto y las cualidades del sistema (fracturas del cable, desplazamiento, perforaciones). Estos problemas pueden prolongar el procedimiento de implantación e incluso, hacer que sea fallido. Considerando estos inconvenientes, recientemente se han desarrollado una serie de dispositivos de implantación enteramente subcutánea, eliminando la necesidad de la inserción de cables dentro del corazón y permitiendo un procedimiento que no necesita fluoroscopia, al basarse en referentes anatómicos simplemente. De esta forma, un grupo de investigadores holandeses publican por primera vez la experiencia multicéntrica, con más de 1 año de seguimiento en 118 pacientes que han recibido un DAI-S de este tipo, en el prestigioso JACC. Los enfermos fueron seleccionados, con finalidad de prevención primaria (CF I ó II) o secundaria (muerte súbita). Consecutivamente, incluyeron todos los pacientes que recibieron un DAI-S en 4 grandes centros holandeses entre 2008 y 2011. Del total de 118 enfermos (75% varones, edad media 50 años), tras un seguimiento de 18 meses, 8 pacientes recibieron 45 choques apropiados (con un 98% de eficacia de cardioversión en el primer choque). No hubo muertes súbitas en la cohorte, pero 15 enfermos (13%) recibieron choques inapropiados, generalmente debido a fenómenos de sobresensado de la T (que se solucionaron al optimizar la programación). Se produjeron complicaciones en 16 pacientes (14%). No obstante, dichos eventos adversos acaecieron con mayor frecuencia en los primeros 15 implantes de cada centro (choques inapropiados 19% vs. 6,7%, p=0,03; complicaciones 17% vs. 10%, p=0,10). Así pues, los datos que aporta este interesante trabajo demuestran que un DAI-S puede ser eficaz en la terminación de arritmias ventriculares, además del hecho de que las complicaciones relacionadas con los dispositivos disminuyen según aumenta la experiencia. Obviamente, hay que señalar que no se consideraron para el estudio enfermos con indicación de terapia antibradicardia, indicación de terapia antitaquicardia (ATP) o bien necesidad de resincronización. En los últimos años estamos asistiendo a una importante tendencia al desarrollo de terapias cada vez menos invasivas (ej. stents en vez de puentes, TAVIS en vez de válvulas, cirugía mínimamente invasiva, etc.) y parece que este tipo de dispositivos de implantación subcutánea sigue esta línea. Dado que estamos tratando con enfermos muy delicados (más los de prevención secundaria), deberemos estar muy atentos y ser muy críticos con los datos que nos muestran antes de iniciar una adopción generalizada de estos aparatos. No obstante, la primera impresión, a pesar de las limitaciones (no ATP, no marcapaseo, generadores más grandes, tasa de infecciones alta (¿), escasa experiencia), es buena.
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