Las recomendaciones dietéticas sobre el sodio son objeto de debate debido, en parte, a la respuesta variable de la presión arterial a la ingesta de sodio. Además, el efecto sobre la presión arterial del sodio dietético entre los individuos que toman fármacos antihipertensivos está poco estudiado.
El objetivo de este estudio fue examinar la distribución de la respuesta intraindividual de la presión arterial al sodio dietético, la diferencia en la presión arterial entre los individuos asignados a consumir primero una dieta alta o baja en sodio, y si éstas variaban según la presión arterial basal y el uso de medicación antihipertensiva.
Participaron un total de 213 individuos de 50 a 75 años de edad, incluidos aquellos con normotensión (25%), hipertensión controlada (20%), hipertensión no controlada (31%) e hipertensión no tratada (25%), asistieron a una visita inicial mientras consumían su dieta habitual, luego completaron dietas altas y bajas en sodio de 1 semana.
Intervención: Dietas altas en sodio (aproximadamente 2200 mg de sodio añadidos diariamente a la dieta habitual) y bajas en sodio (aproximadamente 500 mg diarios en total).
Como resultado principal se consideró el promedio de presión arterial sistólica y diastólica ambulatoria de 24 horas, presión arterial media y presión del pulso.
Entre los 213 participantes que completaron las visitas con dieta alta y baja en sodio, la edad media era de 61 años, el 65% eran mujeres y el 64% eran de raza negra. Mientras consumían las dietas habitual, alta en sodio y baja en sodio, la mediana de las medidas de presión arterial sistólica de los participantes fue de 125, 126 y 119 mm Hg, respectivamente. El cambio medio intraindividual en la presión arterial media entre las dietas alta y baja en sodio fue de 4 mm Hg (IQR, 0-8 mm Hg; P < 0,001), que no difirió significativamente según el estado de hipertensión. En comparación con la dieta rica en sodio, la dieta hiposódica indujo un descenso de la presión arterial media en el 73,4% de los individuos.
El umbral comúnmente utilizado de un descenso de 5 mm Hg o más en la presión arterial media entre una dieta alta en sodio y una dieta baja en sodio clasificó al 46% de los individuos como "sensibles a la sal". Al final de la primera semana de intervención dietética, la diferencia media de la presión arterial sistólica entre los individuos asignados a una dieta alta en sodio frente a una dieta baja en sodio fue de 8 mm Hg (IC del 95%, 4-11 mm Hg; p < 0,001), que fue en su mayor parte similar en los subgrupos de edad, sexo, raza, hipertensión, presión arterial basal, diabetes e índice de masa corporal. Los efectos adversos fueron leves, notificados por el 9,9% y el 8,0% de los individuos que consumían las dietas alta y baja en sodio, respectivamente.
La reducción del sodio en la dieta disminuyó significativamente la presión arterial en la mayoría de los adultos de mediana a avanzada edad. El descenso de la presión arterial de una dieta alta en sodio a una dieta baja en sodio fue independiente del estado de hipertensión y del uso de medicación antihipertensiva, fue generalmente consistente en todos los subgrupos y no dio lugar a un exceso de acontecimientos adversos.
Referencias:
