El uso de sistemas electrónicos de suministro de nicotina, en concreto de cigarrillos electrónicos, ha aumentado de forma espectacular en los últimos años; el grupo demográfico que compra estos dispositivos son ahora predominantemente adolescentes que no intentan dejar de consumir cigarrillos de combustible tradicionales, sino que son nuevos usuarios.
La composición y el aspecto de estos dispositivos han cambiado desde su primera aparición en el mercado a finales de la década de 2000, pero siguen estando compuestos por una batería y un sistema de suministro de aerosol que se utiliza para suministrar productos de desintegración de propilenglicol/glicerina vegetal, aromas y, potencialmente, nicotina u otros aditivos. Los fabricantes también han ajustado el tipo de nicotina que se utiliza dentro del líquido para que la inhalación sea más apetecible para los usuarios más jóvenes, lo que afecta aún más al número de jóvenes que utilizan estos dispositivos.
Aunque el espectro completo de las consecuencias cardiovasculares y cardiometabólicas del uso de cigarrillos electrónicos no se aprecia completamente, los datos están empezando a mostrar que los cigarrillos electrónicos pueden causar problemas a corto y largo plazo en la función cardiaca, la integridad vascular y problemas cardiometabólicos. Esta revisión proporcionará una visión general de las implicaciones cardiovasculares, cardiometabólicas y vasculares del uso de cigarrillos electrónicos, y los posibles efectos sobre la salud a corto y largo plazo. Una comprensión sólida de estos efectos es importante para informar a los responsables políticos sobre los peligros del uso de cigarrillos electrónicos.
Referencias:
