El déficit de vitaminas D y K tiene un efecto sinérgico sobre la hipertensión arterial a largo plazo.
Es conocida la relación entre deficiencias de algunas vitaminas y el riesgo vascular. La vitamina K, por un lado, juega un papel directo en la calcificación vascular. Por otro lado, el concepto de eje óseo-vascular centra la atención en la relación entre osteoporosis, hiperparatiroidismo, déficit de vitamina D y pronóstico vascular.
En este subestudio de la cohorte holandesa LASA, se analiza el estatus de estas vitaminas. Se compara un grupo deficitario de ambas vitaminas con un grupo de referencia con niveles normales. De los 402 sujetos analizados, el grupo con déficit de ambas vitaminas presenta unas cifras de presión arterial 4,8/3,1 mmHg más elevada. Además, entre los 231 sujetos sin hipertensión de base, se objetiva que el riesgo de desarrollarla es casi un 70% más elevado, si bien se pierde la significación estadística en el modelo multivariante ajustado por factores confusores.
Con todo, parece evidente que los déficits de vitamina D y K impactan en el riesgo y el control de la presión arterial, especialmente cuando coexisten. Está por ver si este dato se traduce en un beneficio clínico de la intervención terapéutica.
Referencias:
- Hypertension. Joint Association of Low Vitamin D and Vitamin K Status With Blood Pressure and Hypertension.
Comentario del Dr. David Arroyo Rueda
Licenciado en Medicina por la Universidad de Cantabria, especialista en Nefrología en el Hospital General Universitario Gregorio Marañón y Doctor en Ciencias Biomédicas por la Universidad Complutense de Madrid. Máster en Enfermedad Aterotrombótica y Diagnóstico mediante Técnicas No Invasivas. Experto Universitario en Gestión de Servicios de Salud. Secretario del Grupo Coordinador de jóvenes nefrólogos JovSEN de la Socieda Española de Nefrología y miembro del Board de la Young Nephrologists’ Platform de la European Renal Association. Actualmente nefrólogo adjunto en el Hospital Universitario Severo Ochoa de Leganés. Twitter: @dvdrry
