El ápex del ventrículo derecho sigue siendo el lugar de estimulación estándar en el ventrículo debido a la facilidad de implantación, la seguridad del procedimiento y la falta de pruebas convincentes de mejores resultados clínicos de los lugares de estimulación no apicales. La disincronía eléctrica, que da lugar a una activación ventricular anormal, y la disincronía mecánica, que da lugar a una contracción ventricular anormal durante la estimulación del ventrículo derecho, pueden dar lugar a un remodelado adverso del ventrículo izquierdo que predispone a algunos pacientes a la hospitalización por insuficiencia cardiaca recurrente, arritmias auriculares y aumento de la mortalidad.
Aunque existen variaciones significativas en la definición de miocardiopatía inducida por marcapasos, que combina características ecocardiográficas y clínicas, la definición más aceptable de la miocardiopatía inducida por marcapasos sería una fracción de eyección ventricular izquierda (FEVI) <50%, un descenso absoluto de la FEVI ≥10% y/o la aparición de nuevos síntomas de insuficiencia cardiaca o fibrilación auricular tras la implantación de un marcapasos.
Aunque la mayoría de los pacientes sometidos a estimulación del ventrículo derecho no desarrollan miocardiopatía inducida por marcapasos, el sexo masculino, la enfermedad renal crónica, el infarto de miocardio previo, la fibrilación auricular preexistente, la FEVI basal, la duración del QRS nativo, la carga de estimulación del ventrículo derecho y la duración del QRS estimulado son los factores asociados a un mayor riesgo de miocardiopatía inducida por marcapasos.
Aunque la estimulación del sistema de conducción mediante estimulación del haz de His y de la rama izquierda parece reducir el riesgo de miocardiopatía inducida por marcapasos en comparación con la estimulación del ventrículo derecho, tanto la estimulación biventricular como la estimulación del sistema de conducción pueden utilizarse para revertir eficazmente la miocardiopatía inducida por marcapasos.
Referencias:
