Protección cardiorrenal con iSGLT2 en la enfermedad renal crónica diabética y no diabética

La enfermedad renal crónica es un importante problema de salud pública que afecta a unos 850 millones de personas en todo el mundo. Las principales causas de enfermedad renal crónica son la diabetes y la hipertensión, que juntas representan más del 50% de los pacientes con enfermedad renal terminal. La progresión de la enfermedad renal crónica hace necesario un tratamiento renal sustitutivo mediante trasplante o diálisis. Además, la enfermedad renal crónica es un factor de riesgo de enfermedad cardiovascular prematura, sobre todo por cardiopatía estructural e insuficiencia cardiaca.

Hasta 2015, la base del tratamiento para frenar la progresión de las enfermedades renales diabéticas y de muchas no diabéticas era el control de la presión arterial y la inhibición del sistema renina-angiotensina; sin embargo, ni los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA) ni los antagonistas de los receptores de angiotensina (ARAII) redujeron los episodios cardiovasculares y la mortalidad en los principales ensayos sobre enfermedad renal crónica. La aparición de los beneficios cardiovasculares y renales observados con los inhibidores del cotransportador de sodio-glucosa-2 (iSGLT2) a partir de los ensayos clínicos de su uso como agentes antihiperglucémicos ha supuesto una revolución en la protección cardiorrenal de los pacientes con diabetes.

Ensayos clínicos posteriores, en particular DAPA-HF, EMPEROR, CREDENCE, DAPA-CKD y EMPA-KIDNEY han demostrado sus beneficios en la reducción del riesgo de insuficiencia cardiaca y de progresión a insuficiencia renal en pacientes con insuficiencia cardiaca y/o enfermedad renal crónica. Los beneficios cardiorrenales -a escala relativa- parecen similares en pacientes con o sin diabetes. Las directrices de las sociedades especializadas se adaptan continuamente a medida que surgen datos de ensayos que respaldan un uso cada vez más amplio de los iSGLT2. Este documento de consenso de EURECA-m y ERBP destaca las pruebas más recientes y resume las directrices de uso de iSGLT2 para la protección cardiorrenal, centrándose en los beneficios observados relevantes para las personas con enfermedad renal crónica.