La hiperpotasemia es un desequilibrio electrolítico que deteriora la función muscular y la excitabilidad miocárdica, y puede provocar arritmias mortales y muerte cardíaca súbita. Se estima que la prevalencia de la hiperpotasemia es del 6% al 7% en todo el mundo y del 7% al 10% en Asia.
La hiperpotasemia afecta con frecuencia a los pacientes con enfermedad renal crónica, insuficiencia cardíaca y diabetes mellitus, particularmente a aquellos que reciben tratamiento con inhibidores del sistema renina-angiotensina-aldosterona (RAAS). Tanto la hiperpotasemia como la interrupción de la terapia con inhibidores de la RAAS se asocian con un mayor riesgo de eventos cardiovasculares, hospitalizaciones y muerte, lo que pone de manifiesto un dilema clínico en pacientes de alto riesgo.
Las resinas convencionales de unión al potasio se utilizan ampliamente para el tratamiento de la hiperpotasemia; sin embargo, advertencias como el sabor desagradable y el riesgo de efectos secundarios gastrointestinales limitan su uso crónico. La evidencia reciente sugiere que, con un inicio rápido de la acción y una mejor tolerabilidad gastrointestinal, los nuevos aglutinantes orales de potasio (por ejemplo, patirómero y ciclosilicato de circonio de sodio) son opciones de tratamiento alternativas para la hiperpotasemia aguda y crónica.
Para optimizar la atención a los pacientes con hiperpotasemia en la región de Asia y el Pacífico, se convocó un panel multidisciplinario de expertos para revisar la literatura publicada, compartir experiencias clínicas y, en última instancia, formular 25 recomendaciones de consenso, que cubren tres áreas clínicas: (i) factores de riesgo de hiperpotasemia y estratificación de riesgo en pacientes susceptibles; (ii) prevención de la hiperpotasemia para las personas en riesgo; y (iii) corrección de la hiperpotasemia para las personas en riesgo con enfermedad cardiorrenal que sirva de guía en el manejo de la hiperpotasemia para los médicos en la región.
Referencias: