Revisión sistemática del uso de ivabradina en pacientes con insuficiencia cardiaca con disfunción sistólica. Escenario donde ivabradina mejora los síntomas, previene las hospitalizaciones por insuficiencia cardiaca y reduce la mortalidad por esta patología.
Ivabradina vino para quedarse. En el campo de la insuficiencia cardiaca con disfunción ventricular sintomática, se trata de un fármaco con un claro beneficio, no solo a nivel sintomático, de capacidad de esfuerzo y en escalas de calidad de vida, si no también, en la reducción de hospitalizaciones y mortalidad por insuficiencia cardiaca. Los diferentes estudios que se repasan en el artículo, incluido el ensayo SHIFT, ponen de manifiesto evidentes reducciones de endpoints duros como reingreso y mortalidad en pacientes con tratamiento médico habitual como son IECAS y betabloqueantes. Pese a los datos publicados, se insiste en la necesidad de seguir mejorando la adecuación del tratamiento médico por parte de los facultativos, especialmente con aquellos fármacos que han demostrado una reducción de la morbimortalidad. Recientes datos epidemiológicos demuestran de manera reiterada como registros solo el 17% de los pacientes reciben la combinación óptima de IECA, diuréticos y betabloqueantes, y solo en los mejores registros se alcanza un porcentaje del 37%. Teniendo, además en cuenta, que el coste de esta patología supone de manera global el 1-2% del presupuesto sanitario, siendo la mayor partida la destinada a los reingresos.
Referencias:
- Am J Cardiovasc Drugs. - Addressing Major Unmet Needs in Patients with Systolic Heart Failure: The Role of Ivabradine.
Comentario del Dr. Alfonso Valle