Este fin de semana he tenido la oportunidad de participar en un foro científico en el que he conocido la existencia de Empagliflozina y de toda la familia de las gliflozinas, inhibidores del cotransportador sodio-glucosa (SGLT2) en el riñón. Si obviamos su difícilmente pronunciable nombre, se trata de una nueva familia de fámacos antidiabéticos con un excelente perfil cardiovascular: no producen hipoglucemias, hacen perder peso, reducen la presión arterial, y son seguras en los pacientes con insuficiencia renal. Tampoco tienen interacciones relevantes con otros fármacos cardiovasculares. Y, por supuesto, producen una notable mejoría en el perfil glucémico, con reducciones de la HbA1c cercanas al 1%.