El Coaching es un proceso de autoconocimiento y aprendizaje que lleva al individuo de la situación actual a la situación deseada. Está basado en la comunicación eficaz y la confianza, siendo su fin el empoderamiento del paciente, para que éste tome sus propias decisiones. En este proceso, el individuo es acompañado por un profesional del Coaching, el Coach.
Sócrates afirmaba que “No existe el enseñar, sino el aprender” y utilizaba la Mayéutica -el arte de la pregunta- para que sus discípulos aprendiesen. De esta manera, en el Coaching no se enseña, se reta al individuo mediante la pregunta, para que éste aprenda o desaprenda.
Las preguntas poderosas y la escucha activa constituyen las dos habilidades principales del Coach, con las que se convierte en un verdadero catalizador del autoconocimiento de su cliente, y es ese conocimiento de uno mismo lo que le permite alcanzar resultados extraordinarios.
En palabras de L. Wolf, el Coach es un “soplador de brasas”; que acompañará al individuo en el proceso de materializar su sueño, transformarlo en una visión, en un objetivo y trazar un plan de acción para alcanzarlo. El conocimiento está en el individuo quien está completo, sabe lo que quiere y como llegar a ello. Las brasas existen, solo hay que soplarlas.
Desarrollado en tres áreas: personal, laboral y de equipos según el tipo de objetivo que desee alcanzarse, el Coaching, supone un proceso de autoconocimiento, toma de consciencia, crecimiento y desarrollo del que nadie sale indiferente.