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Leticia Fernández, especialista en Imagen del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), ha analizado en el Congreso de Santiago los avances que se han producido en el ámbito del TC coronario durante 2014: “En el último año hemos mejorado mucho, afortunadamente. Hemos conseguido reducir la dosis de irradiación que antiguamente se suministraba a los pacientes, y también hay menos riesgo de alergias y de insuficiencia renal. En definitiva, ahora nos encontramos cómodos para pedir una prueba de TC coronario a un paciente que esté bien remitido”.
La elección correcta del paciente es una de las claves: “Siempre es muy importante seleccionar los candidatos ideales para hacerse el TC coronario y tener un plan de actuación según lo que podamos encontrar. Es fácil saber qué hacer cuando las coronarias son normales o tienen lesiones severas, pero cuando tienen lesiones moderadas ya es más complicado. En estos casos debemos valorar realmente la historia clínica o las pruebas de isquemia para ver cómo actúa el miocardio. Yo diría que en 2014 hemos conseguido perder un poco el miedo al TC coronario, hemos logrado identificar bien quién se debe hacer la prueba y hemos aprendido a valorar que los beneficios son mayores que los riesgos”.
Para conocer la posibilidad pre-test de cada paciente a tener enfermedad coronaria, es indispensable saber bien el tipo de dolor que tiene el individuo, la edad y el sexo. “Siempre que remitamos un paciente a un TC coronario, debemos saber qué es lo que nos podemos encontrar y, después, valorar una opción terapéutica u otra”, ha puntualizado Leticia Fernández.
En su exposición, esta especialista ha comentado que en su labor diaria a veces recibe pruebas que no están bien realizadas, que no tienen la calidad suficiente y que les faltan datos. “Tal vez uno de los motivos sean las prisas. Es importante invertir tiempo en preparar al paciente para realizar un TC coronario, porque es mucho más sencillo leer una prueba que está bien practicada. Los problemas surgen si el paciente tenía extrasístoles o no mantuvo bien la respiración. En estos casos, se nos puede complicar la interpretación”.
Esta especialista ha afirmado que “también es importante tener una experiencia” en el ámbito del TC coronario. “Cada profesional debe ser responsable de los conocimientos que tiene y saber hasta dónde llega y cuándo puede valorar si hay mucho calcio o si hay algún otro tipo de problema respiratorio”, ha añadido.
En el ámbito de la formación, ha sido clara: “Todavía nos falta mucho camino por recorrer. Es importante que todos los residentes en Cardiología o todos los profesionales que se estén especializando en imagen reciban una formación mínima en resonancia y en TC. Aunque uno no se vaya a dedicar a ello, debe saber las indicaciones, tiene que conocer hasta dónde llega, los problemas y las limitaciones, para luego poder interpretar los resultados. Esta tecnología es un arsenal de imagen que tenemos junto con el ECO, y debemos aprovecharnos de ello”.