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¿La insuficiencia cardiaca aguda es una entidad clínica claramente diferenciada? Esta ha sido una de las preguntas realizadas por el Dr. Juan Francisco Delgado, del Servicio de Cardiología del Hospital 12 de Octubre de Madrid: “La respuesta es sí, contundente, porque realmente sí es una entidad clínica claramente diferenciada con muchos fenotipos, como los síndromes de insuficiencia cardiaca aguda. Si no la distinguimos como entidad, no seremos capaces de desarrollarla y de mejorar el pronóstico de nuestros pacientes”.
En líneas generales, el paciente con insuficiencia cardiaca aguda que ingresa en el hospital tiene edad avanzada, es frágil y tiene comorbilidades. Por ejemplo, un 30 por ciento son diabéticos y un 50 por ciento tienen problemas en las arterias coronarias, así que ingresan por una descompensación de una situación que a lo mejor no estaba detectada previamente. Los síntomas que refieren son sensación de ahogo o disnea y muchas veces, congestión sistémica.
Los ingresos por insuficiencia cardiaca aguda se han incrementado en los últimos años, “y lo seguirán haciendo”, ha adelantado el Dr. Delgado. “Aliviamos eficazmente la congestión, pero tras el alta, los resultados son decepcionantes”, ha añadido. Por ello, ha considerado necesario abordar la entidad segmentándola en perfiles clínicos que compartan sus elementos esenciales, como la TA, la congestión, el bajo gasto, etc. Asimismo, ha considerado imprescindible “redefinir los objetivos de los próximos ensayos clínicos”.
Este especialista ha lamentado que no haya unanimidad respecto a la necesidad de considerar la insuficiencia cardiaca aguda como una entidad clínica diferenciada. “En la última década se ha producido cierta confusión, especialmente por parte de las sociedades científicas, que han intentado clasificar la enfermedad. Es algo complicado, por la cantidad de síntomas que tiene y porque no entendemos su fisiopatología. A pesar de ello, se ha intentado simplificarlo”, ha explicado.
“Algunos especialistas prefieren hablar de insuficiencia cardiaca crónica o aguda, porque realmente es el mismo continuo, es la misma enfermedad, pero desde luego tiene distintas facetas, y las peores de todas se producen con el ingreso hospitalario. De hecho, la insuficiencia cardiaca aguda tiene un peor pronóstico que muchos cánceres”, ha añadido.
El paciente con insuficiencia cardiaca aguda acompañada por otras patologías es tratado muchas veces por especialistas en Geriatría o en Medicina Interna. Todavía no está bien definido el papel que debe ocupar el cardiólogo en el seguimiento de este paciente pluripatológico. En este sentido, Juan Francisco Delgado ha considerado “clave el hecho de realizar un abordaje multidisciplinar de este síndrome clínico complejo que tiene tantas facetas”.
En la misma línea, tres sociedades científicas se han unido con el objetivo de realizar un documento de consenso para el tratamiento del paciente con insuficiencia cardiaca aguda: la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), la Sociedad Española de Medicina de Emergencias (SEMES) y la Sociedad Española de Cardiología (SEC).
“El paciente tiene que recorrer un circuito cuando es ingresado en un hospital, por lo que debemos contar con todos los actores que intervienen en el proceso, incluidos los médicos que atienden al paciente en la puerta o el grupo de Enfermería. El paciente ‘muy cardiológico’, que puede tener muchas opciones terapéuticas, se beneficia considerablemente de una atención directa por parte de Cardiología, bien en planta, o, si tiene parámetros de mal pronóstico, en una unidad de cuidados intensivos. Después está el paciente que maneja mejor el internista, que es el que tiene mucha comorbilidad, frágil, con problemas de diabetes, etc.”, ha indicado.
Según ha reconocido el Dr. Delgado, los cardiólogos tienen mucho que aprender de los internistas en los casos de pacientes con comorbilidades. Además, los especialistas en Medicina Interna “también pueden tratar la insuficiencia cardiaca”. “Es necesaria una organización, un pacto interno de cada hospital para que exista un abordaje multidisciplinar. No vale un modelo único, porque cada centro tiene que adaptarse a lo que tiene y, por tanto, no hay nada exportable”.